Prólogo 2. Adviento, un tiempo de prodigios y misterios
Navidad es un tiempo mágico que comienza el primer domingo de Adviento, cuatro semanas antes del 25 de diciembre.
(Adviento quiere decir “advenimiento”, o «llegada»: es el tiempo litúrgico en que los cristianos nos preparamos espiritualmente para recibir y conmemorar la llegada del Salvador).
La experiencia nos enseña que Adviento es la época de los milagros precedidos o rodeados de misteriosos acontecimientos. Varias leyendas antiguas nos dicen que entre los mensajeros celestes hay una legión especial: la de los ángeles de la Navidad. Otras opiniones sostienen que todos los ángeles reciben por igual la misión de bajar a la Tierra a partir del primer domingo de Adviento para asistir a las personas que están en dificultades.
Lo curioso es que estos heraldos adoptan diversas formas para cumplir sus difíciles, y en muchas ocasiones, imposibles misiones. A veces toman la apariencia de un ser humano normal, generalmente un mendigo, un anciano, un niño. Siempre de aspecto humilde y sencillo. En la Navidad, invariablemente, predomina la humildad y la simpleza, porque, como escribió el poeta francés Paul Claudel, “Navidad es humildad: la humildad maravillosa de un Dios que desciende del cielo por amor y se hace carne humana”.
Otras veces, y es curioso la cantidad de casos que se han reportado, tienen la forma de animales (particularmente perros y gatos), a cuyos gestos, miradas y actitudes hay que estar en esos días muy atentos.
Si es que han venido a ayudarnos, seguramente en algún momento del Adviento se nos van a cruzar. Casi nunca nos anuncian que están aquí, somos nosotros los que debemos descubrirlos, y para lograrlo tenemos que tener el corazón abierto a las manifestaciones sobrenaturales. Lo peor que nos puede ocurrir es que estemos distraídos, escépticos o tan absortos en nuestros intereses terrenales, que dejemos pasar a ese mensajero sin notarlo.
Por eso la antigua tradición europea indica que cada domingo de Adviento debemos encender una vela en nuestros hogares. Es una manera de recordarnos a nosotros mismos que en ese instante lo terrenal y lo sobrenatural se están superponiendo para producir sucesos extraordinarios.
Por mi oficio he escuchado infinidad de historias de Navidad ─de hecho muchos de los cuentos de este libro están inspirados en experiencias verdaderas (tres de ellas, personales) ─y puedo asegurar que los milagros son reales y que suelen producirse durante las semanas previas a la Nochebuena.
Definitivamente los milagros de Navidad existen.
La modesta pretensión de este libro es ofrecer una lectura para cada día de diciembre, hasta que llegue Nochebuena. Aquí se han reunido todos mis cuentos de Navidad, los que fueron publicados y los que escribí especialmente para completar esta colección. Son veinticuatro historias para reflexionar, emocionarse, sonreír y mantener en alto el espíritu navideño durante el mes más esperado del año.
Enrique Arenz
Mar del Plata, octubre de 2012
Prólogo del libro: Mágica Navidad (2012, Editorial Dunken)