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HAIKUS de Enrique Arenz


El Haiku (o Haikú) es un poema brevísimo, una instantánea poética, compuesto por
tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. De origen japonés, popularizado por el gran poeta Matsuo Basho (1644-1694) su propósito es describir un momento de honda emoción mediante tres líneas concisas al extremo. Intenta apresar un instante para la eternidad.

Según Octavio Paz, el haiku es, pese a su apariencia simple, un organismo poético muy complejo. Su misma brevedad obliga al poeta a decir mucho con muy pocas palabras.

He cultivado el Haikú secretamente, sólo para mí, para capturar mis percepciones y estados de ánimo. Por primera vez me atrevo a publicar algunos para mis indulgentes lectores.

 

1

El astro Sol es,
los antiguos decían,
la Sombra de Dios

2

Final de agosto
con timidez viene el sol
a despertarnos

3

Promedia agosto
brotes en los rosales
Renace la vida

4

No sueña el gato
con futuros sombríos
cuando duerme al sol

5

6

Fines de invierno
días fríos más largos
promesas del sol

7

Callado el piano,
el silencio es música
de la penumbra

8

9

Cielo sin nubes
no hay viento ni neblina
Hoy, chau tristeza

10

Ventana con lluvia
Languidece en soledad
la abandonada

11

Ventana con lluvia
recuerdos lujuriosos
del que está solo

12

Palmera Fénix
gigante enseñoreado
Jardín sumiso

13

Rosas silvestres
estallido púrpura
de vida breve

14

Los años pasan,
no dan sabiduría
Sólo pérdidas

15

Un tango lejano,
ilusión con nostalgia
¿Murió la cumbia?

16

Las bibliotecas:
«Cementerios de libros»
Lo dijo Borges

17

Muda y polvorosa
la biblioteca duerme
¿Sus libros sueñan?

18

Un libro llora
su propia injusta muerte
Lo salva un lector

        19

        Agazapadas,
pandemia y cuarentena
nos roban vida

        20

        Último estruendo
         caen sobre el ataúd
         terrones sin adiós


21

Regalo de Dios,
el sexo no es pecado
Su rechazo, sí

22

Muchas iglesias
predican la castidad
¿Abjuran de Dios?

23

Sol de Juventud,
alba y ocaso veloz:
Brilla y se apaga

24

Sobre el tejado,
cayó de un nido el pichón.
Y ya anochece

25

Movediza fue
la piedra que vi en Tandil
partida ya en tres




26

Calor de enero
Laguna de los Padres
Zanjón, lodo y yuyal

27

Geranios tercos
colores todo el año
nadie los mira

28

Rosa de otoño
tus pétalos se helarán
yo te refugio

29

Tierra Santa es
desierto y fe que duele.
En cada piedra, Dios

30

Gruta de Belén
Dios hecho fragilidad:
extrema humildad

31

Santo Sepulcro:
seguimos lastimando
al que yació allí

32

Son siete notas,
más cinco semitonos,
la música toda

33

Arrobamiento,
Impromptu 3 de Schubert
solloza el piano

34

Tenía yo quince,
ella treinta, maestra
de mi despertar

35

Letanía invernal:
graznidos de gaviotas,
murmullos del mar

36

La felicidad
es un sueño posible
Sólo soñando

37

Volvieron al cielo
ángeles de Navidad.
Y no los vimos

38

Los políticos
unos buscan el bronce, 
otros, la plata

39

El estadista
ve el futuro y va hacia él
aun derrotado

40

Con barro y paja
el hornero hace todo,
ama y trabaja



41

Que visión triste
el maniquí desnudo
y sin un brazo

42

La calandria implora
con su gorjeo de encanto
una hembra lejana

43

Dios: primera causa
del Big-bang cosmogónico
observa y corrige

44

45

Claro de Luna,
Beethoven y Debussy
oyeron su luz

46

La hiedra trepa,
el árbol se deja abrazar
Amor que mata

47

El ajedrez es
binario y tiene negras
¿Podrá resistir?

48

Me preguntaron:
¿Cómo se autopercibe?
(Con rubor): —Varón,

49

Chicas con barbijo
de virginal encanto
y un aire vestal

50

Ese «¡totalmente!»
adverbio tonto de moda
¿No es mejor un «Sí»?

51

Escribimos mal
No se aprende a escribir,
sólo a corregir

52

La helada blanqueó
el jardín que aun duerme
¡Y vi violetas!

53

Fue por tus haikus,
Tierra del sol naciente,
que hallé tu alma

54

Bajo la lluvia
quedó la libélula
que el gato atrapó

55

Final de agosto
con timidez vuelve el sol
a despertarnos

56

Nieve sorpresa
Bariloche en agosto
declives y esquí

57

Todos viajamos
en un frágil barquito
por el espacio

58

En nidos de antaño
hay gorriones hogaño
Perdón, Cervantes

59

La luna se apoya
en la cima del monte
con ganas de rodar

60

La autocensura
no siempre es cobardía,
suele ser piedad

61

La vida misma
asombroso milagro
¿Quién duda de Dios?

62

Figura altiva
escultura viviente:
tu amo, el gato

63

Pequeñas aves
se querellan por mijo
en el comedero

64

Si nos preguntan
cuánto queremos vivir,
quedamos mudos

65

¿Lenguaje inclusivo?
No habrá jamás poeta
que escriba “todxs”

66

“Cancelación” es:
Muerte al Libre Pensador, 
Vieja mordaza

67

Calor sin agua
verano del veintitrés
maizales caídos

68

Arroyos secos
Sin lluvia, el calor ígneo
esparce muerte

69

El campo llora
lágrimas que no mojan
la tierra hendida

70

Hombre de campo
Héroe del trabajo duro
No te abatirán

71

Pasará un tiempo
y en las mesas humildes
habrá sequía

72

Fugaz septiembre
Tus promesas son vanas
¿Por qué te espero?

73

El tordo holgazán
Sólo ama a su hembra
No anida ni incuba

74

Nidos ajenos
parasitan los tordos
y dejan un huevo

75

El pichón tordo
Matará a sus hermanos
arrojándolos

76

Eterno retorno
de tiempos de Navidad
que sanan el alma

77

Reconciliación:
Navidad es humildad,
perdón y olvido

78

Tandil 2013:
Un gato embalsamado
es hoy la Piedra

79

Tandil ‘23
Aún en pie y enhiesto
Luce El Centinela

80

Fin del ’23
Atroz para Argentina
¿Renace la fe?

81

Nadie lo sabe
Quizás mañana mismo
el Sol se apague

82

Como el colibrí,
endebles e indefensos,

volamos nosotros

83



84

El novelista
piensa, sueña y escribe
hasta su muerte

85

Pule el poeta
su filigrana sutil,
y el tiempo pasa

86

Muere el artista
por perfeccionar su voz
mientras haya luz

87

Nacemos solos
y en soledad morimos
Dios sabrá por qué

88

 

 

 

 

© Enrique Arenz (2080/23)
Se permite su reproducción citando al autor

 

 

“En la poesía japonesa es tan importante lo que se dice como lo que se omite”, escribió el poeta español Jesús Munarriz. Debe centrarse en cosas simples pero profundas y hacernos imaginar lo que no se ha dicho para completar la historia. En un mismo haiku, cada lector lee un haiku distinto, según su imaginación y sensibilidad. Escribieron haikus Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Benedetti, Octavio Paz  y otros.

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